Por lo general los
chicos que se auto laceran tienen síntomas depresivos e inseguridad, y
presentan una clara incapacidad para manejar las emociones y asimilar las
frustraciones
Preocupante y muy
peligrosa resulta la nueva moda que acecha a los adolescentes y jóvenes de hoy.
Consiste en autolesionarse para “aliviar” un sufrimiento emocional. Problemas
de fondo como baja autoestima, falta de atención paterna y ansiedad, serían
algunas de las causas.
Lo que antes era una
práctica de los denominados “Emos”, ahora es una moda de los jóvenes comunes y
corrientes. Organizaciones internacionales indican que el cutting (de «cúter»,
cuchillo) se presenta en chicos de 13 a 21 años de edad, y sostienen que un
factor que agrava la situación es la cantidad de información que hay en la web
-les explican con lujo de detalle cómo hacerse los rasguños o cortes
superficiales en distintas partes del cuerpo-. Cabe anotar que la mayoría de
los chicos no se cortan con la intención de suicidarse, sino que son “llamados
de atención”. Pero, ¿qué buscan con ello? En LaFamilia.info consultamos varias
fuentes y esto fue lo que encontramos.
¿Por qué lo hacen?
Los adolescentes se
cortan por varios motivos, los cuales se pueden sintetizar en tres principales:
baja autoestima y problemas emocionales; entorno familiar o situación puntual
difícil (muerte o enfermedad de un ser querido, divorcio de los padres, cambio
de residencia o de colegio…); y por último, presión social.
Por lo general los
chicos que se auto laceran tienen síntomas depresivos e inseguridad, y
presentan una clara incapacidad para manejar las emociones y asimilar las
frustraciones, por eso al no poder exteriorizar el dolor, la rabia, la soledad
y los temores, se lastiman el cuerpo.
Este acto evidencia
además un deseo inminente de llamar la atención. “Las personas que se cortan a
veces dicen que sienten que no encajan en ningún sitio o que nadie las
comprende.” Anotan los expertos de KidsHealth.org. En este caso habría que
analizar el entorno familiar: la relación que tiene el joven con sus padres, el
tiempo que comparten juntos, el afecto que le demuestran, la forma de
comunicarse (palabras hirientes, rudeza, juicios que afectan la autoestima del
hijo); así como una tendencia a la sobre exigencia en el estilo educativo
paterno.
El psiquiatra Mario
Torruco Salcedo, añade que una causa común de las autolesiones es la dificultad
para controlar los impulsos. “Todos hemos tenido, alguna vez en la vida, ganas
de golpear a alguien o ganas de golpearnos, pero no lo hacemos, esto se debe a
que la parte de nuestro cerebro que está encargada de filtrar y controlar
nuestros impulsos deja que se realicen únicamente ciertas conductas, las que no
nos producen daño a nosotros mismos o a otras personas, y las que están
“socialmente aceptadas”. Sin embargo, en algunas ocasiones este filtro no
funciona adecuadamente, y es entonces cuando realizamos conductas
inapropiadas”.
Y añade: “En el caso de
los adolescentes, la parte del cerebro encargada de filtrar y controlar los
impulsos no está totalmente desarrollada. Las emociones están a flor de piel,
todo se siente con mayor intensidad”, indica el especialista en declaraciones a
la agencia EFE.
¿Presión social para
cortarse?
Durante la adolescencia,
el círculo social cumple un papel primordial. El joven es y se reconoce a
través de las relaciones que sostiene con sus semejantes. De ahí que el
adolescente sienta temor al rechazo como a nada en el mundo, temor que los
lleva a ceder fácilmente a las insinuaciones de su grupo de amigos.
El carácter, la
confianza en sí mismos y la determinación, son cruciales en esta edad, pues
serán las herramientas que le ayudarán a tomar decisiones acertadas y evitar
caer en conductas autodestructivas.
¿Qué hacer?
Cuando un padre de
familia descubre que su hijo se está lastimando de esta forma, lo recomendable
es hablar con él de inmediato, escucharlo sin presionarlo ni juzgarlo, y saber
por qué lo hace. Es importante además un acompañamiento de un profesional, ya
sea un sicólogo u orientador familiar para encontrar las verdaderas causas y
trabajar sobre ellas para superarlas, evitando así que se agraven en la etapa
adulta.
Este acto de cortarse la
piel con objetos afilados es también conocido como "risuka" o
"self injury" y genera heridas sin buscar el suicidio.
Generalmente el daño que
los jóvenes se ocasionan es en las muñecas, con heridas no profundas, pero
capaces de dejarles marcas permanentes.
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