sábado, 20 de febrero de 2016

El Tabaquismo

El tabaquismo es una adicción a la nicotina del tabaco. En la mayoría de los casos, se produce a través del consumo de cigarrillos y con menor frecuencia a través del consumo de habanos, cigarros, pipas y otros. Se considera fumador a quien ha fumado al menos 100 cigarrillos en su vida y actualmente fuma todos o algunos días.
La mayoría de las personas que comienzan a fumar lo hacen en la adolescencia, en parte para identificarse con los adultos. El tabaquismo resulta muy accesible tanto por la multiplicidad de lugares de venta, como por el precio, con campañas de publicidad que identifican valores especialmente atractivos para el joven. Al mismo tiempo es una de las adicciones físicas más intensas. La Organización Mundial de la Salud, identificó estos factores y propuso estrategias para controlar esta epidemia a nivel mundial: aumentar el precio de los cigarrillos, prohibir -o regular- la publicidad, generar ambientes cerrados libres de humo de tabaco (sólo fumar afuera), prohibir que las empresas tabacaleras patrocinen eventos, incorporar información fuerte del daño del tabaco en el atado de cigarrillos, entre otros.
El tabaquismo daña a todo el organismo. Las partes más afectadas suelen ser aquellas por donde ingresa el humo, por donde se despiden los tóxicos introducidos, y las arterias. Existen datos científicos del daño que también produce en quienes fuman ocasionalmente o sólo unos pocos cigarrillos (ej. 1 a 4 cigarrillos por día).
Ejemplos de afecciones vinculadas a fumar:

• Alteración del olfato y el gusto
• Trastornos de la fertilidad
• Falta de aire, enfermedades respiratorias crónicas
• Numerosos tumores: pulmón, boca, laringe, páncreas, riñón, vejiga y muchos otros.
• Dolores de cabeza, sensación de embotamiento y cansancio por intoxicación crónica
con monóxido de carbono
• Infarto de corazón, infarto cerebral (ACV) y otros
• Trastorno de las encías, mayor número de caries y pérdida de dientes
• Partos prematuros, trastornos de la placenta, recién nacidos con bajo peso.
Todos los daños que produce el cigarrillo son prevenibles, y desde que se deja de fumar los riesgos disminuyen notoriamente. Mayores beneficios obtienen quienes dejan de fumar jóvenes, pero a todas las edades representa un importante logro para la salud.




Toda la carga de enfermedad, invalidez y muerte que puede producir el tabaco, SOLO SE DETIENE AL DEJAR DEFINITIVA Y COMPLETAMENTE DE FUMAR. No alcanza con fumar menos.
Tabaquismo Pasivo

¿Qué es el Tabaquismo Pasivo?
El tabaquismo pasivo es la exposición el humo ambiental de tabaco que sufren las personas sin ser fumadoras. Está demostrado que la inhalación del humo y sus tóxicos es muy riesgoso para la salud.
¿Cómo afecta el humo a la salud del fumador pasivo?
El fumador pasivo puede sufrir: irritación en los ojos, tos, espasmos bronquiales, y riesgo de desarrollar cáncer (principalmente de pulmón).

En los niños que son fumadores pasivos se suman: riesgo de muerte súbita (lactantes), otitis a repetición, trastornos del aprendizaje y de la conducta, entre otros.

¿Cómo se puede prevenir el tabaquismo pasivo?
Existen leyes para proteger a la ciudadanía en los lugares públicos y de trabajo, que prohíben fumar en lugares cerrados.

Cada uno de nosotros es responsable de extender estos beneficios a nuestro hogar y vehículo. Es importante saber que no es suficiente ventilar o fumar cerca de una ventana, ya que las sustancias quedan en el ambiente por varios días.




Las buenas noticias: el número de jóvenes estadounidenses que fuma cigarrillos ha estado disminuyendo desde finales de la década de 1990.
Las malas noticias: cada día, casi 3,000 menores de edad de 18 años o menos prueban su primer cigarrillo, y otros 700 se convierten en fumadores habituales. De éstos, alrededor de un tercio morirá prematuramente de una enfermedad relacionada con el hábito de fumar.
Más malas noticias: hasta el 2013, casi el 23% de todos los estudiantes de escuela preparatoria (grados 9 al 12) había usado alguna clase de producto de tabaco en el último mes. Hoy día, existen muchas formas de tabaco entre las cuales escoger, y muchos adolescentes están optando por cigarrillos de sabores, productos de tabaco que no se fuman, hookahs, pipas y cigarrillos electrónicos. A menudo ellos usan más de una forma: casi el 13% de los estudiantes de escuela preparatoria (superior) ha usado más de un tipo de producto de tabaco en el último mes.
Independientemente de lo que escojan, los chicos se están volviendo adictos al tabaco mientras cursan la escuela preparatoria. Para el 12do año escolar (último año de enseñanza media superior, previo a los estudios universitarios), alrededor de la mitad de los jóvenes fumadores habían intentado dejar de fumar por lo menos una vez durante el último año.
Los niños y adolescentes conforman un mercado fácil de atraer para la industria del tabaco, ya que a menudo son influenciados fácilmente por programas de TV, Internet, películas, publicidad y por lo que sus compañeros hacen y dicen. No están conscientes de lo difícil que puede ser dejar el hábito. Además, presentar problemas de salud relacionados con el tabaquismo, como cáncer, enfisema, ceguera o impotencia puede que no les inquiete, pues los niños y adolescentes no suelen pensar mucho sobre las consecuencias respecto al futuro de su salud.
Las estadísticas más recientes sobre el uso del tabaco por estudiantes de escuela secundaria en los Estados Unidos provienen de una encuesta realizada en 2013 por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). (En los Estados Unidos, los estudiantes de secundaria o intermedia son aquellos de grado escolar 6, 7 y 8).
•          Aproximadamente el 7% de los estudiantes de escuela secundaria indicó que usó alguna forma de tabaco (cigarrillos, productos de tabaco de consumo oral y el tabaco en polvo [rapé], cigarros, [puros], hookahs, pipas, y cigarrillos electrónicos) al menos una vez en el mes anterior.
•          Casi el 3% de los estudiantes han fumado cigarrillos, y más del 3% ha fumado cigarros (puros). Alrededor del 2% ha fumado pipas, 1.1% hookahs, y 1.1% cigarrillos electrónicos. Aproximadamente el 0.4% ha fumado los cigarrillos llamados kreteks y el mismo número fumó los cigarrillos bidis.

•          1.4% usó tabaco de escupir u otro producto de tabaco sin humo, y 0.4% ha usado snus (una forma más reciente de rapé).

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